La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es el trámite que cualquier automóvil o moto (incluidos ciclomotores, quads y coches que no necesitan carné para ser conducidos) debe pasar periódicamente para circular de forma legal y, lo más importante, segura.
Se trata de una revisión exhaustiva en la que se comprueban los distintos elementos del vehículo para detectar (si los hay) posibles fallos más o menos graves. Luces e intermitentes, neumáticos, suspensión, frenos, emisión de gases y ruidos… son algunos de los aspectos que son examinados.
Un coche pasa su primera ITV al cumplir cuatro años. Posteriormente, tendrá que someterse a esta revisión cada dos, hasta llegar a los 10, momento en el que tendrá que pasarla anualmente. La ITV no “perdona” y la multa por circular sin ella al día no baja de los 200€.
En algunos casos y hasta no hace demasiado tiempo esta inspección suponía más de un problema: encontrar el momento oportuno para ir, adaptándote a los horarios limitados de las estaciones, revisar previamente el coche para evitar complicaciones, hacer colas interminables, pasar nervios, realizar un desembolso económico…
Afortunadamente, las cosas han cambiado y ahora tienes opciones para pasar la ITV de manera más cómoda y sencilla. En la web tumejoritv.com podrás encontrar la estación ITV más cercana a tu domicilio y compararla con otras en cuanto a horarios, precios y servicios: tú decides. También podrás pedir cita para elegir el día y hora que te venga mejor, evitando, así, colas y esperas. También podrás contratar una revisión pre-itv en un taller de confianza (para ir sobre seguro) o solicitar que recojan tu vehículo donde tú digas y te lo devuelvan a las dos horas con la inspección pasada son otras dos opciones que podrás contratar desde la web.
Si eres de los que prefiere “no perderse” la ITV e ir tú mismo/a a pasar “el trago”, algunos buenos consejos a tener en cuenta son:
– Revisa todo aquello que esté en tu mano: cinturones de seguridad, encendido de las luces, funcionamiento de los limpiaparabrisas…
– Comprueba la sujeción de los elementos externos que podrían estar desprendidos: retrovisores, parachoques, matrícula…
– Recuerda llevar toda la documentación: tarjeta de inspección técnica y permiso de circulación.
– Asegúrate del buen estado de los neumáticos y del dibujo (unas ruedas gastadas en exceso no pasarán la revisión).
– Si tienes un golpe en el parabrisas comprueba que no afecta al campo de visión del conductor y que este no se ha extendido creando una grieta. También será motivo de “suspenso”.
– Por último, una limpieza tanto del interior como del exterior, siempre ayuda.
Ahora que ya lo tienes todo, puedes enfrentarte a la inspección tranquilamente. Y recuerda: ¡mucho cuidado en la carretera!