Pedro Gallego, otro de los máximos expertos en bandas latinas en nuestro país, disiente, en cambio, sobre su alta peligrosidad. No son, dice, los más peligrosos, como afirma la sentencia del Supremo. Durante cuatro años vivió en Honduras, donde analizó la estructura y el comportamiento de las maras, agrupaciones delictivas formadas generalmente por jóvenes de hasta 30 años que se dedican a sobrevivir a través del delito. De su brutal experiencia salió un libro, “La Mara al Desnudo”.
Él detecta ya una preocupante presencia en Cataluña, y no muestra titubeos: “Son más peligrosas que la Mafia y la Camorra”. Nos lo suscribe también este policía “Soy optimista y pienso que en nuestro país no se dan las circunstancias para este crimen organizado. Pero no podemos bajar la guardia. Es cierto que hay síntomas de su presencia en Barcelona y también en Madrid”
¿Puede haber entonces ayudado la crisis al auge de las bandas? Esteve toma la pregunta con prudencia, pero deja entrever la respuesta “un joven se integra en una banda porque no encuentra alternativas. La mejor política para prevenir esto es la creación de esperanza y de un presente y un futuro. Nuestra sociedad tiene las puertas cerradas y un futuro negado a los jóvenes”.
En 2006, la Generalitat autorizó que los Latin Kings se constituyesen como asociación cultural legal. La Asociación Cultural de Reyes y Reinas Latinas de Cataluña tiene incluso página de Facebook y una lideresa, Queen Melody, que repite que lo único que hace es difundir valores culturales. El mismo camino siguió otra banda conocida, los ñeta. Esta consideración fue aprobada después de dos meses de seguimiento sin que se hallasen ilegalidades, y les permitió, desde entonces, disfrutar de todos los beneficios de una asocaición reconocida. Entre ellos, recibir ayudas y subvenciones de las administraciones. Un intento de legalidad que ha traído consecuencias. Muchos de sus miembros se inscribieron en la asociación cultural. Pero los más combativos siguenj en la clandestinidad.
El opaco mundo de las bandas latinas es un escenario vivo y en permanente evolución, que extiende de forma silenciosa sus tentáculos. Los Latin y los Ñetas han sido desplazados por grupúsculos y escisiones que van derivando en nuevas bandas, como la ahora ilegalizadas. Aunque si hay un rasgo común a todas ellas es la existencia de “conflicto”. “Son como los neonazis”, dice el policía, “solo que aquí se aprovechan de ellos”
Las actuaciones policiales de los últimos años han conseguido debilitarlas, pero no acabar con ellas. “Se encuentran activas en casi todas las provincias de España”, dice Pedro Gallego “aunque han expansionado más y generado más incidentes en aquellas donde el colectivo de extranjeros es mayor”, como Madrid, Barcelona o Zaragoza.