La pintura que comúnmente se aplica a las carrocerías de automóviles y a otras estructuras metálicas es el esmalte acrílico, y este tipo de pintura plástica (también conocida como plasti dip) necesita un tiempo para secarse y curarse que va en relación directa con el número de las capas que se hayan aplicado y también depende de la composición química específica que posee la pintura.
El proceso de secado y de curado de la pintura es un proceso en el que hay que tener la misma precaución que se sigue a la hora de pintar, y es que un secado y curado inapropiado puede dar como resultado una contaminación del solvente que puede originar manchas en la pintura, originando con ello que se arruine el trabajo realizado, y sea necesario un nuevo proceso de pintado que ha de comenzar de cero.
Los vehículos y las estructuras metálicas que se encuentran pintadas con pintura acrílica se deben encontrar en zonas confinadas, y que pueden ser cortinas, tiendas de campaña, instalaciones de interior o cabinas de pintura. El confinado se encarga de mantener alejada la pintura de la humedad, de la acumulación de polvo y de cualquier otra partícula microscópica que pudieran llegar a adherirse en la última capa de pintura llegando a forma una costra. Es por este motivo que una contención adecuada del vehículo, también va a evitar la entrada de fuertes corrientes de aire y que transportan polvo y variaciones adversas de la temperatura. Siempre que se aplique una pintura acrílica es necesario que durante el secado y curado esta se encuentre contenida, desde el proceso de aplicación hasta el proceso de secado y curado.
Antes de empezar con el proceso de curado de una pintura acrílica a esta se le debe permitir que se seque al aire durante unas 6 u 8 horas, o el tiempo especificado por el fabricante de la pintura. Cuando se realiza un secado forzoso de la pintura, utilizando para ello lámparas de calor y chorros de aire, la cantidad mínima de tiempo necesaria para que la configuración química sea adecuada es permitir que la pintura se seque al aire durante 15 o 20 minutos. Y es que estos primeros minutos van a permitir que los solventes de la pintura se evaporen, porque si se dejan en la pintura estos ocasionaran un resultado fino y contaminaran.
El secado forzado implica la utilización de lámparas infrarrojas de calor y el uso de calentadores de chorro de aire que sirven para acelerar el proceso de secado y curado de la pintura. Para que este secado forzado sea eficaz, primero es necesario que el secado al aire natural se haga con una temperatura ambiente de 21ºC, aunque en este sentido cada fabricante va recomendar la temperatura más adecuada para su pintura, este secado forzado debe durar como mínimo 40 minutos a una temperatura de 60ºC.
El horneado de la pintura acrílica va a requerir la utilización de una cabina de cocción u horno, para el horneado de la pintura se ha de mantener el tiempo de secado al aire inicial y tras este secado, la cabina debe proporcionar una temperatura de 232ºC durante el tiempo recomendado por el fabricante, y que va a depender del número de capas que hayan sido aplicadas en el vehículo. Antes de proceder al horneado de la pintura previamente se han de eliminar todos los materiales de caucho, silicona, cuero y tela, ya que estos pueden resultar dañados durante el tiempo de cocción al igual que el equipamiento del vehículo sí la duración del secado excede los requisitos normales de funcionamiento.
Para el curado el componente del vehículo se debe encontrar dentro de la zona de confinamiento, asegurando de este modo una temperatura estabilizada y constante durante uno o dos días, en este tiempo se puede tocar la pintura para realizar un curado más rápido, ya que este proceso se basa en realizar una reacción química dentro de la estructura molecular de la pintura, haciendo que esta se endurezca en una forma sólida. Es importante que los solventes, ceras, ácidos o productos químicos fuertes no entren en contacto con el coche hasta el completo curado de la pintura.