Sus anuncios suelen ser atractivos. Tanto por las imgenes sugerentes que nos muestran como por lo llamativo de los precios. Hablamos de las habituales ofertas de las marcas a la hora de intentar vendernos un coche nuevo. Unas campaas en las que en un porcentaje muy elevado siempre nos encontramos una coletilla:Desde solo X euros.
Un amigo psiquiatra me dijo en cierta ocasin: el socialismo es femenino y maternal, nunca quiere dejar sueltos a los hijos aunque tengan 40 aos; en cambio el liberalismo es masculino, y cuando llegan a la mayora de edad pone a los nios en la calle para que se busquen la vida solos. Muy cierto, creo yo tambin. La intervencin permanente de la mam Estado frente a la libertad y responsabilidad de cada uno.
En muchas ocasiones la oferta que vemos en un anuncio no se corresponde con lo que nosotros pensamos que nos estn vendiendo. Adems, entre un concesionario y otro puede haber una importante diferencia de precio
De momento, sus continuos y perentorios avisos son agobiantes. Ya s que es prudente llevar puesto el cinturn de seguridad, pero el coche me monta un escndalo de pitidos si lo llevo suelto 30 segundos. Como tengo una casa en el campo, circulo por caminos de tierra a baja velocidad donde es imposible estrellarse, y cada poco debo bajar para abrir una cerca ganadera, abrochar y desabrochar continuamente el cinturn se convierte en un martirio. Mi automvil pone en marcha el limpiaparabrisas si considera que hay humedad en el aire aunque no caiga una gota de lluvia, y me cierra sin pedir permiso el seguro de las puertas. Pero lo peor de tanto adelanto son las desaforadas alarmas emitidas cuando el coche considera que me acerco demasiado a cualquier objeto slido; por ejemplo, los pilares de cemento de un garaje. Ayer, al salir del aparcamiento de manera cuidadosa, a cinco centmetros de una columna porque no tena ms remedio, ya no fueron slo sirenas de aviso, sino una voz autoritaria que me orden parar: Alto! grit el coche, segn l para salvarme la vida. Con todo, no pertenezco al coro plaidero que se queja de cmo el hombre est siendo esclavizado por las mquinas. No: lo que pretendo explicar aqu es que este verano me he comprado un coche socialista.
Como conclusin, se puede afirmar que las diferencias de precios entre un concesionario y otro, o lo ofertado en el anuncio y el coche real que nos interesa comprar pueden ser tan significativos que compensa consultar en varios concesionarios de la misma marca para obtener el mejor precio, e incluso en algunas ocasiones es mejor trasladarse a otra provincia o comunidad autnoma para adquirir nuestro coche nuevo.
Capacidad y tamaño del coche, siempre adaptado a las necesidades reales y al uso que se va a dar al vehículo. Un menor tamaño suele implicar menor consumo de combustible, más facilidad para aparcar, mantenimiento más económico, se pagan menos impuestos y es más barato el seguro.