En cualquier caso, el de hoy es el día de la sociedad civil, con nulo protagonismo para la clase política, más allá del cotilleo de quién acude y quién no. Así lo parecieron entender ayer mismo los representantes políticos soberanistas, que por un día aparcaron las polémicas sobre la consulta y se limitaron a desear una Diada con amplia participación. Especial atención generó, por su solemnidad y conveniente emisión en prime time, el discurso institucional de Mas, en el que destacó «los dos grandes pilares» del proceso catalán: «la mayoría social que lo hace posible y el consenso político que lo vertebra». Sin entrar en el previsible veto del Estado, el president reafirmó que su «compromiso para convocar la consulta es firme» y aprovechó para recordar al Estado que «están a tiempo de escuchar el clamor pacífico y democrático de este pueblo». «Silenciar la voz de un pueblo que quiere hablar es un error; negar el voto a quien ve en las urnas la solución y no el problema es un error doble», añadió.
Aunque las cifras de asistentes a la manifestación de la Diada varían siempre según las fuentes -la Guardia Urbana de Barcelona habló de 1,8 millones de personas, mientras que la Delegación del Gobierno la cifró en un máximo de 520.000 y fuentes consultadas por elEconomista en 700.000-, lo cierto es que la ANC cubrió su meta de crear dos grandes banderas catalanas formadas por personas vestidas de rojo y amarillo a lo largo de las avenidas barcelonesas de la Diagonal y la Gran Vía.
Los miembros de Udalbiltza participarán mañana en el `tramo 0′ de la V, destinado a los invitados por la organización. De hecho, allí coincidirán con la delegación de EH Bildu, formada, entre otros, por Pello Urizar, Lorena Lopez de la Calle, Maite Ubiria -que ayer participó en la presentación del libro “La rebellio basca. Una historia de la Esquerra Abertzale”-, Pernando Barrena, Jon Iñarritu, Maite Iturre, Amaia Agirresarobe y Asier Vega, entre otros. En el tramo 0 se situarán también varios representantes de Independentistak Sarea, aunque el grueso de los autobuses fletados por el movimiento se concentrará en el tramo 60. El PNV, por su parte, solo participará en los actos institucionales.
Artur Mas se convirtió ayer en el primer president de la Generalitat en trasladar los actos institucionales de la Diada al Fossar de les Moreres, lugar de peregrinaje de la izquierda independentista durante los largos años de acomodo autonomista. Todo un símbolo de los tiempos que corren en Catalunya. Allí realizó una ofrenda a los soldados muertos en la defensa de Barcelona en 1714, al lado de la frase que preside el lugar y que a nadie pasó desapercibida ayer: «En el Fossar de les Moreres no se entierra ningún traidor, incluso perdiendo nuestras banderas será la urna del honor».
La casa de los Vermellet es un modesto edificio, ya bastante avejentado, de dos alturas y tico. Junto al portal permanece abierto un portn que sirve de cochera y en cuyo interior descansa un pequeo Volkswagen blanco. No hay ninguna referencia en el interfono, aunque la voz de una mujer mayor nos pide que aguardemos en el portal: La seora Vermellet? S, yo soy la madre, aunque lo de Vermellet es un apodo, se presenta la seora Oll, muy bien conservada para tener un hijo de casi 60 aos. Lo estamos pasando mal, porque aunque no ha salido el nombre de mi hijo, esto es un pueblo y todos nos conocemos; para una familia normal como la nuestra, que no estamos acostumbrados, puede imaginar que esto no es plato de buen gusto, contesta amablemente y con exquisita educacin.
Alcover, una localidad ubicada en la comarca tarraconense del Alt Camp, es conocida por su tradicional Feria de los Bandoleros, una reminiscencia de los siglos XVI y XVII en que se convirti en la capital de los fuera de la ley. Quinientos aos despus, los agentes de la autoridad han vuelto a poner la vista en este pueblo con algo ms de 5.000 habitantes, al pie de las montaas de Prades, en busca del enemigo pblico nmero uno de las carreteras espaolas: un hombre que ha acumulado 200 multas por las que se le reclaman ms de 40.000 euros y al que Crnica le pone nombre y cara: se llama Antoni Gomis Oll, de 59 aos.