En cuanto a la posición de los mandos, no hay nada que comentar, más que quedan todos muy a mano. Por buscar una pega, vamos a decir que el tacto del mecanismo de la palanca de cambios resulta algo blando y elástico, aunque esto lógicamente va a gustos.
La distribución flexible del par se realiza a través de un engranaje adicional acoplado denominado Hang-On), de forma que el eje trasero está siempre propulsado y el delantero recibe fuerza en función del grado de cierre del embrague de discos múltiples.
Las tres opciones motrices de la gama están asociadas a la transmisión de doble embrague PDK sin otra opción, lo cual puede considerarse todo un acierto. Esta caja, ya reconocida por su eficiencia, permite, a los nostálgicos, conducir en modo manual, con palanca o paletas en el volante, pero hay que tener en cuenta que actuando sola se obtienen los mejores valores de consumo.
El motor 1.7 CRDi es ya un viejo conocido que me he encontrado en varios modelos del grupo, Sportage, i30, i40, iX35, Cee´d… y del que me esperaba unos consumos algo mejores en el Carens. No es que me hayan parecido elevados, pero he visto pocas diferencias respecto al Sportage, un modelo más penalizado, a priori, en este apartado debido a su peor aerodinámica y mayor masa.
El motor 1.7 CRDi de 115 CV es ya un viejo conocido común a otros modelos del grupo coreano Hyundai-Kia y que siempre deja buen sabor de boca, incluso en modelos más pesados como el Sportage. Asociado a una caja de cambios de 6 velocidades, esta mecánica diésel resulta algo cantarina en frío y al ralentí, pero una vez empezamos a rodar pasa más inadvertida.
Además, en función del resultado de las elecciones, no descarta optar a otros puestos como el de presidente del Eurogrupo, cargo para el que se baraja que Rajoy podría proponer al ministro de Economía, Luis de Guindos.