La otra línea, la del ‘coche compartido’, pasa porque se sumen a este proyecto empresas que ya tienen en marcha este sistema, «es decir hay usuarios o clientes de estas empresas que utilizan coches a determinadas horas, lo cogen en determinados sitios y los devuelven en otro, esto ya existe y la idea de los ingenieros japoneses es incorporarlas al proyecto así como grandes empresas o administraciones donde los usuarios de un mismo coche sean muchas personas», apunta Briales. Todo este seguimiento de los usuarios se realizaría como hasta ahora, a través de los smartphones (teléfonos inteligentes), ya que el proyecto consiste en extraer en cuatro años la máxima información del uso de coches eléctricos en una ciudad europea de tipo medio como Málaga. Cabe recordar que este plan que culminará en 2017, cuenta con un presupuesto de 60 millones de euros, de los que Mitsubishi, Hitachi y el Estado japonés ponen 45; y Endesa, Ayesa y Telefónica aportan otros 15. Para ellos, así como para los miembros de la Agencia Municipal de la Energía, Málaga se configura como el escenario de operaciones de una ciudad con movilidad sostenible a diez años vista.
La experiencia, el mayor proyecto de I+D+i que el Gobierno japonés mantiene con España, se ampliará tras el verano con la llegada de cuarenta vehículos eléctricos Nissan Leaf para los que ya hay un mayor número de usuarios demandantes que vehículos por lo que se ha creado una lista de espera. En la actualidad el grupo de trabajo de Zem2All, formado por ingenieros japoneses y españoles, da las últimas pinceladas sobre la utilidad objetiva que deberán tener estos coches. Ahora, la finalidad está en probarlos en otro tipo de usuarios tales como taxistas (un segmento que no se ha testado en la primera parte del proyecto con los 160 vehículos que ya ruedan por Málaga) así como en los clientes de lo que se llama el ‘car sharing’ (es decir, el coche compartido por muchos conductores), tal y como informan el concejal de Nuevas Tecnologías, Mario Cortés así como el director de la Agencia Municipal de la Energía, Jaime Briales.
Por otro lado, la Junta de Andalucía dispone de 13 vehículos eléctricos para cubrir el servicio de mensajería de las consejerías, que se conectan a un sistema de gestión donde se registran los datos de carga, consumo y calidad disponible del suministro minuto a minuto, información sobre posibles incidencias durante el proceso de recarga, etc. La reducción del consumo de combustible conseguido es de más de 20.000 litros anuales, lo que supone un ahorro económico para la Administración andaluza superior a 24.000 euros al año.
La Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, a través de la Agencia Andaluza de la Energía, ha puesto en marcha el Programa de Impulso al Vehículo Eléctrico, con el que pretende activar la demanda de las tecnologías ligadas a la movilidad eléctrica pura, híbrida, híbrida enchufable y eléctrica de autonomía extendida. En esta iniciativa colaboran empresas fabricantes y distribuidoras de vehículos eléctricos, proveedoras de infraestructura y gestoras de carga, TIC e ingenierías especializadas y asociaciones del mercado del vehículo eléctrico. Con ello se espera alcanzar un parque de vehículos enchufables a la red de 1.600 unidades y sus respectivos puntos de recarga a finales de 2014, lo que supondría una inversión aproximada de 32 millones de euros.
El vehículo híbrido tiene dos motores que se complementan entre sí: uno térmico, de gasolina, y otro eléctrico, que es el que se utiliza para arrancar el motor y circular por ciudad. Precisamente, la eficiencia de este tipo de tecnología se optimiza en recorridos urbanos, porque el motor de combustión del vehículo híbrido se detiene en los semáforos y aprovecha las frenadas y los descensos para recargar su batería. Cuando estamos en un atasco, acelerando y desacelerando, -momento en el que los vehículos convencionales consumen más carburante-, el híbrido utiliza su motor eléctrico.
El director general de Incentivos Agroindustriales y Energía, Juan José Cardesa, ha participado en la inauguración en Mérida de la primera red de recarga para el coche eléctrico en la región, punto de partida como implantación progresiva de la movilidad eléctrica en la Comunidad de Extremadura.