Fueron dos billetes de avión, a razón de 1.155,51 euros cada uno, cuyos titulares, según las facturas aportadas por Compromís, eran la alcaldesa Rita Barberá y el concejal Cristóbal Grau. Durante su estancia en Londres, la regidora contrató un coche privado que estuvo a su disposición ocho horas el día 5, 16 horas el día 6 —de 9 a 17 horas más otras ocho horas extras—, y que los trasladó al aeropuerto el último día. El Ayuntamiento, con el presupuesto congelado por la crisis, abonó 2.311 euros por los pasajes y 4.912 euros más por el uso del vehículo.
Dos han sido las normas que han afectado directamente al ocio nocturno: la Ley Antibotellón y la regulación de los horarios. La primera de ellas salió adelante gracias a la presión de vecinos y empresarios, eliminando las grandes concentraciones en las calles desde su aplicación en la capital gaditana en enero de 2007. La segunda, en vigor desde 2002, es el principal campo de lucha de los hosteleros, sobre todo en los meses de verano.
Este aspecto se ha visto este verano con las terrazas, que deben cerrar a las dos de la mañana. José Luis Rodríguez, propietario del Elephant Club, cuenta sobre este aspecto que, aunque no le afecta directamente al no disponer de ella, si lo hace indirectamente porque “si la gente se tiene que ir a las dos de las terrazas, a esa hora no entra en las discotecas y con una copa todavía pueden coger el coche y marcharse fuera”.
El primer perfil ha ido abandonando progresivamente la noche, por lo que el gasto lo realiza durante la tarde. “Yo como empresario tengo que luchar por que el cliente que salga temprano a comer se quede en la calle hasta que el cuerpo y el bolsillo aguanten. Es más fácil conseguir que copee de día a que lo haga a las cuatro de la mañana”, indica Raúl Cueto, propietario del Nahu. Muy parecida es la opinión de Alberto Noya, responsable de la sala Supersonic y que anteriormente también regentó el Spam Klub, que afirma que “nos dimos cuenta que en la segunda hora -por el horario de discoteca- ya no se vendía porque la gente llenaba la sala, pero venía muy justa. La oferta se está intentando cambiar, ya que la gente sale antes y tiene menos dinero. Ahora interesa más la primera hora, aunque la segunda dejaba más dinero. Se han añadido muchas ofertas de cerveza, mojitos 2×1 o añadir algún tipo de comida”. Con todo, Noya resalta el problema que tiene Cádiz al ser “una ciudad muy geriátrica”, porque “cada vez hay menos gente joven al no haber trabajo”.
Un portavoz oficial de la alcaldía de Valencia ha asegurado a este diario que los gastos del viaje sumaron unos 5.000 euros —unos 2.500 euros por el vehículo y algo más de 1.000 euros por cada billete de avión—, pero las facturas a las que ha tenido acceso este diario suman 7.300 euros. Este portavoz añadió que la regidora se entrevistó con dos inversores británicos, pero no precisó cuántas entrevistas hubo, con quién, con qué objetivo y cuál fue el resultado. Uno de ellos fue el del grupo Arena Stadium.
“La noche está en quiebra técnica”, asevera el presidente de la patronal Horeca, Antonio de María, para definir su situación. No es el único mensaje negativo dentro del sector, ya que existe prácticamente unanimidad en el análisis de su estado. Sentencias como “está en la UVI” o “es el peor verano de mi carrera, nunca he visto a Cádiz tan mal” las realizan profesionales de la noche gaditana.