El principal factor que incide en la escasez de la oferta corresponde a los vehculos procedentes de flotas de empresa, el conocido rnting. A travs de l y con una cuota mensual, las empresas adquieren vehculos para sus ejecutivos y empleados. Antes de la crisis, estos contratos duraba tres aos tras los cuales se cambiaban los vehculos por otros nuevos.
El motor también tiene una cabeza de cilindro de aluminio con escape integrado que reduce las temperaturas del escape mejorando la proporción entre aire y combustible. La fricción del motor se reduce con pistones con un recubrimiento especial, anillos de pistón de baja presión, cierres de cigüeñal de baja fricción y diseño de correa de levas lubricada que permite una mayor eficiencia de combustible.
No slo este ltimo obtiene un mejor precio, sino que el comprador tambin consigue un precio ms ajustado porque el vehculo no lleva garanta. Por ello, es fundamental revisar a fondo el estado del vehculo antes de la compra. En el precio a la baja de estas operaciones incide que los vehculos son ms antiguos. De hecho, la media no supera los 6.000 euros, con lo que en la mayora de las ocasiones se paga al contado.
El propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, fue el encargado del anuncio una semana antes, muestra ms que patente de la importancia que el Gobierno est dando a las ayudas para achatarrar vehculos de ms de 10 aos o 7 en el caso de furgonetas, y la adquisicin de uno nuevo.
El Renault Mégane RS de la Policía de Madrid equipa un motor turbo de 2,0 litros capaz de entregar 265 CV y un par máximo de 360 Nm a 3.000 vueltas. Puede acelerar de 0 a 100 km/h en 6,0 segundos y alcanza los 254 km/h. Su consumo medio, oficial, es de 8,2 litros y sus emisiones de 190 CV.
Sin embargo, las posteriores renuncias, bien porque el sistema no los ha aceptado bien porque algunos compradores se han echado para atrs, todava permiten que se puedan adquirir coches bajo las ayudas del PIVE 5. Pero el Gobierno no ha querido crear incertidumbre; es conocida la previsibilidad del presidente Rajoy, que limita las sorpresas a las imprescindibles.