Seguramente durante la conducción nocturna o en condiciones de baja visibilidad, en ocasiones, en el momento de realizar un acercamiento al vehículo que se aproxima en dirección contraria a la marcha, se ha notado que el vehículo que viene de frente tiene las luces en una posición más alta de lo normal para ese tipo de situaciones, lo que hace pensar que el conductor se encuentra utilizando la luz de carretera en vez de la luz de cruce, y que a pesar de las constantes ráfagas de luz para que las cambie de posición el conductor hace caso omiso a estas señales, en estos casos no hay que pensar que se trata de un conductor insolidario con los demás, que quiere provocar una colisión por deslumbramiento, sino que con toda seguridad el coche que se aproxima de frente tenga instaladas luces de xenón.
Las bombillas xenon o HID (High Intensity Discharge) es una luz que se está expandiendo a lo largo de los últimos años entre los conductores, no solo porque estiliza más la línea del coche, sino porque proporciona una mayor seguridad vial. Es muy común encontrarse de frente por las carreteras a muchos vehículos que poseen unas luces más brillantes de color azul, blanco fuerte, celeste o morado, esto se debe a que las luces de xenón presentan mayores ventajas sobre los faros estándar que llevan los automóviles convencionales a los que la mayoría de la población sigue acostumbrados.
Progresivamente las luces de xenón se han ido imponiendo como los componentes presentes en una gran parte de los vehículos nuevos que hoy en día circulan por las vías públicas, ya que este tipo de luz posee más potencia y además el tipo de iluminación que ofrece el xenón se acerca más a lo que las personas consideramos como iluminación natural, con lo que la vista del conductor no se cansara tanto y también las luces de xenón ahorran combustible y batería, debido a que se reduce el gasto en electricidad.
La principal ventaja que presenta es la que su salida de luz es mayor, este tipo de iluminación puede llegar a ser hasta tres veces más potentes que la luz que ofrece una lámpara estándar de halógeno. En condiciones de baja visibilidad, esta cantidad de potencia se convierte en algo muy importante, y es que muchos de los accidentes que se producen por la noche tienen como factor principal la falta de visibilidad, por lo tanto al tener luces de xenón instaladas en los vehículos no solamente se va a ganar en mayor iluminación, sino que también el conductor que las utilice va a disponer de un radio de visión que puede llegar a superar hasta en un 70% el radio que ofrecen las luces convencionales.
La luz de xenón va a ofrecer una visibilidad más clara durante el trayecto, ya que la luz blanca penetra en la oscuridad mucho mejor que la luz halógena de color amarillo y por lo tanto el conductor va a poder mejorar su visibilidad tanto en la conducción nocturna bajo condiciones climáticas adversas de lluvia, niebla o nieve.
Otra ventaja que se tiene gracias a la utilización de este tipo de luz es que la luz de xenón tiene una vida más longeva que la luz halógena, y pueden llegar a ser más resistentes sobretodo porque permiten circular por vías peor asfaltadas, ya que este tipo de lámpara soporta mejor los golpes y las vibraciones al carecer de filamento. Se estima que la vida útil de una lámpara de gas de xenón es de 10 años, lo que le otorga una durabilidad tres veces superior a un halógeno, aportando un ahorro de dinero y problemas mecánicos en el vehículo, y además el consumo de energía tan bien es menor ya que este consumo es un 25% inferior al que presentan las lámparas de halógeno.