Si en lugar de gastar millones de euros en poner unos nuevos parquímetros inteligentes que saben lo que contamina cada coche por su matrícula, para poder cobrar más o menos, ayudaran a comprar coches eléctricos y a poner enchufes se reduciría mucho más la contaminación de las ciudades.
El último proyecto del Ayuntamiento de Madrid de cerrar el centro de la ciudad al tráfico pone sobre la mesa un grave problema que es el de la contaminación en los entornos urbanos. El transporte, y sobre todo el automóvil privado, es una de las causas, pero supuesto que no es la única. Y tampoco la solución, al menos desde mi punto de vista, pasa por cerrar al tráfico el centro de la ciudad. Es un problema grave, a medio y largo plazo, y por ello requiere un trabajo muy serio y cocienzudo para afrontarlo, y no un parche más, de los que habitualmente se toman.
Las ayudas públicas al coche eléctrico de 2014, que están sufriendo un gran retraso (desde el pasado 31 de octubre están congeladas), podrían ver su luz en el proximo consejo de ministros de este viernes. Y además vendrán con un cambio sustancial: mismo presupuesto que el año pasado (los 10 millones de euros que el Gobierno tiene reservado de los Presupuestos Generales del Estado) pero más ayudas por coche, según los datos de Industria a los que ha tenido acceso este periódico.
La cifra del fraude se situaría entre los 154 millones y los 343 millones de euros (según el RACC), entre lo que se paga de sobreprecio por el vehículo y los posteriores costes de mantenimiento. En el conjunto de Europa, esa cifra crecería hasta los 10.000 millones de euros.
Imaginemos que se quiere cerrar un diámetro de un kilómetro en torno al centro de la ciudad, un espacio que creo que es razonable. Por supuesto, los usuarios que viven en esa zona y que tienen su coche deben tener permiso para entrar con sus vehículos hasta su plaza de parking. De lo contrario para qué pagan su Impuesto de Circulación. Los transportes públicos deben funcionar también en esas zonas pero deben optimizarse para el incremento de uso.
Estas ayudas tendrán un carácter retroactivo (1 de enero), y además, se podrán sumar a los 2.000 euros que ofrece el plan de incentivo a la compra del coche nuevo (PIVE), un plan que se prolongará durante todo el ejercicio, según ha garantizado Soria en privado al sector. Sumando las ayudas del PIVE, un eléctrico se podrá adquirir con 8.500 € de ayuda pública. A esto se le puede sumar otras ayudas que están otorgando algunas comunidades autónomas.