A partir de ahora no habr lmites para la adquisicin de motores, carroceras y dems recambios, lo que puede abrir vas de negocio insospechadas teniendo en cuenta las increbles aptitudes mecnicas que exhiben los cubanos. Con los restos de una vieja lavadora y piezas de un cortacsped de gasolina estropeado son capaces de transformar una bici en una moto, se asombr el verano pasado el expiloto escocs de Frmula 1 David Coulthard, que visit la isla para participar en un rallye de coches clsicos.
Un vistazo a las ‘tripas’ de los coches de las dcadas de los 40 y los 50 que siguen circulando por las carreteras cubanas dice ms de la revolucin castrista que cualquier sesuda tesis acadmica. Los venerables Oldsmobile, Chevrolet, Chrysler o Cadillac que proporcionan a la isla esa peculiar sensacin de estar suspendida en el tiempo son los supervivientes del parque mvil previo a la cada del rgimen de Fulgencio Batista. Se les conoce como ‘almendrones’ por sus formas redondeadas y son una demostracin palmaria de que el ingenio humano es capaz de sobreponerse a cualquier adversidad.
Puede que para los turistas resulte un aliciente ver circular uno de esos viejos automviles estadounidenses. Al fin y al cabo es una estampa singular en un mundo cada vez ms uniforme, un sello de originalidad que acredita el acierto a la hora de escoger el destino del viaje. Sin embargo, para la mayora de los cubanos la imagen resulta humillante. Conviene distinguir entre el legtimo orgullo por el esfuerzo dedicado a mantener un coche y el bochorno que representa admitir que el nico vehculo que uno se puede permitir sera un montn de chatarra en cualquier otro pas.
Mantener en activo un automvil con cinco o seis dcadas a sus espaldas requiere mucha destreza, sobre todo si se hace sin posibilidad de acceso a recambios originales y con unos medios tcnicos ms que precarios. Una escena clsica de la isla representa a unos cuantos cubanos distribuidos en una bajera alrededor de un viejo ‘carro’ destripado. El problema tiene siempre el mismo origen, los achaques producidos por la acumulacin de aos y kilmetros, pero las soluciones que proponen los contertulios daran para varios tratados de mecnica. Un taxista que conduce un Buick de 1952 se jacta en un blog de que en su coche conviven un bloque de motor de origen rumano, una direccin de Citren, un cambio de marchas de Toyota, pistones de Mercedes, bomba de gasolina Mitsubishi y un encendido de Kia.
Cuando el mismo conductor detecta un sitio para aparcar, activa la aplicación del móvil y el mismo coche, junto con sus cámaras, realiza las maniobras necesarias para aparcar el automóvil de forma autónoma.
Este descubrimiento se presentó en la Feria del Automóvil de Frankfurt y se trata de la capacidad del coche de aparcar de forma autónoma con la ayuda de un teléfono móvil, a través del cuál se manda la orden al mismo vehículo y donde se podrán ver las imágenes a tiempo real del entorno del vehículo. Para ello también se utiliza un escáner con láser, 12 sensores de ultrasonidos y cuatro cámaras.